En adecuada quietud,
Sin actuar,
No se hace sino acumular virtud.
A toda flor,
Le llega su primavera.
En adecuada quietud,
Sin actuar,
No se hace sino acumular virtud.
A toda flor,
Le llega su primavera.
En ningún sitio permanece,
pero se extiende en las diez direcciones.
Todo lo abarca,
pero no se encuentra
en lugar alguno.
Nonatos de lo vacuo,
Sólo se existe, verdaderamente,
Aquí y ahora.
El instante se transforma constantemente.
Nada que vaciar
Pues no nada hay colmado;
Nada que iluminar,
Ni despertar.
Todo es vacío iluminado,
Cesa toda ilusión.
El árbol no se mueve,
Tampoco está quieto.
El pájaro no vuela,
Pero no reposa.
La mente está apaciguada,
Mero resplandor.
No nato,
No se extingue;
Mora en el vacío,
Es la clara luz,
La mente original.
Ocho mil nubes,
Cubren mi cabeza;
Tras ellas,
Claridad impoluta del sol.
Los diez mil seres,
Absurdo es negar;
En la ilusión,
Se manifiesta el vacío.
Deberías aprender lo que es,
Observando lo que no es.
De entre la oscuridad
Confundido entre los ciegos
La luz se devela.
De lo más ordinario,
Deviene el abrazo despierto a la ignorancia.
Aferrado a la vacuidad,
Quien niega sus diez mil manifestaciones,
No hace más que destruir la vía.
Ella trasciende la dualidad,
No hay logro parcial,
No hay logro en absoluto.